
340 000 fotografías intervenidas. 200 personas voluntarias. 3 000 álbumes recibidos de 400 familias. Son los números del proyecto . Juan Carlos Muñoz es un vecino de Albal a quien la dana del 29 de octubre del 2024 le inundó sus mejores recuerdos. Las fotos que son la memoria de su historia familiar. Los suyos son algunos de los álbumes recibidos en el laboratorio de la Universitat Politècnica de València (UPV). (Video)
“Eran fotos muy antiguas, de hace unos 60 años, de mi bisabuela vestida de fallera, de la familia cuando vivía en Granada. Solo en esas fotos está el testimonio”, explica Juan Carlos muy agradecido a este proyecto, al que expresa todo su respeto, mientras mira emocionado las fotos intervenidas. Fotografías que estaban olvidadas en el trastero y que desde que las han recuperado, ya han revisado, en menos de una semana, unas siete veces y compartido digitalmente.
El proyecto Salvem les fotos UPV. Recuperar las memorias lo pusieron en marcha estudiantes del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y de la Facultad de Bellas Artes, con voluntad de servicio. Solo quince días antes de la inundación provocada por la dana habían terminado las clases de Conservación de Fotografías en el Máster en Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Acudían como voluntarios a las zonas afectadas y veían los álbumes en la basura. “En ese momento pensaron ayudar con lo que se habían estado formando: la intervención de fotografías”, explica Pilar Soriano Sancho, cocomisaria de la exposición "Salvem les fotos UPV. Recuperar las memorias" y profesora de la Facultad de Bellas Artes. El 4 de noviembre del 2024 el laboratorio ya estaba a pleno rendimiento.
“Una nevera se estropea, te compras una nueva, un coche también, las paredes de la casa las puedes pintar, pero la fotografía, si se pierde, es irreemplazable”, enfatiza Pilar Soriano. Muchas veces es el único recuerdo del pasado y cobra todavía más importancia ante la muerte de seres queridos. De ahí la sensibilidad de este proyecto.
Aline Dieterlen Cuervo es una de las estudiantes voluntarias que ha estado en el proyecto desde el primer momento. Recuerda los momentos duros. “Nos pasábamos allí todo el día y cuando llegábamos a casa venía la bajona”, no querían derrumbarse cuando las personas afectadas entregaban las fotos, pero en casa había que desahogarse. Recuerda el agotamiento, los turnos y los horarios interminables. Pero todo el esfuerzo merece la pena cuando escuchas “después del nacimiento de mi hijo, este es el mejor regalo que me han hecho nunca”. Fueron las palabras de uno de los afectados al recoger sus fotos intervenidas, precisamente la víspera del día de su cumpleaños.
Para Aline participar en este proyecto le ha permitido adquirir “la destreza manual y la sensibilidad con la que al final tenemos que tratar el material. No es lo mismo lo que te explican en clase que luego tener que aplicarlo”, dice. Además, ha experimentado la “simbiosis que se ha creado entre la gente de Digitalización y Restauración. Esta exposición es una colaboración de las dos partes”. Ahora prepara su Trabajo Final de Máster precisamente con una investigación relacionada con este proyecto.
Y para dar a conocer y acercar a la sociedad el proyecto nace esta exposición en el de València. “Con el objetivo de dar a conocer cuál es la intervención de carácter científico que ha seguido todo el proceso de recuperación de la fotografía y un homenaje a las familias”, explica Esther Nebot, otra de las cocomisarias de esta muestra e investigadora del . El tercer comisario de la exposición es Pedro Vicente Mullor, profesor del Departamento de Dibujo y también investigador del IRP.
La exposición se divide en cuatro partes con paneles, vitrinas expositoras y videos de apoyo. La primera recoge cómo se encuentran las fotografías al llegar desde la zona afectada, la segunda muestra la fase de limpieza, recuperación, higienización y secado; la tercera se ha dedicado a los descartes, que es como llaman a las fotografías que no han podido recuperarse y representan el 20% de las recibidas y la última parte se ha dedicado a la fase de la devolución de los álbumes.
La segunda fase incluye también la restitución de la imagen que incluye la ayuda de la inteligencia artificial con la participación del
Gracias a Salvem les fotos UPV. Recuperar las memorias se han mejorado los protocolos que existen apara la intervención de bienes patrimoniales y culturales porque realmente “no eran lo suficientemente descriptivos como para abordar un proyecto como este”, apunta Esther Nebot.
La exposición se ha producido con el apoyo de CaixaBank y la Fundación CV Silvestre i Consuelo Julián y el proyecto Salvem les fotos UPV. Recuperar las memorias ha sido posible gracias al apoyo de diferentes mecenas.
La Sala Contrafuertes del Centre del Carme acoge esta exposición hasta el 2 de noviembre. Allí están resumidas muchas vivencias. En mente está la creación de un Batallón de rescate de archivos allí donde sea necesario. Han compartido momentos muy emotivos, “hemos llorado mucho, por ver que perdíamos una foto, por compartir vivencias con las familias, teníamos la sensibilidad a flor de piel. Eso ha hecho que nos unamos creando una gran familia”, explica Esther Nebot.
Video: Amparo Berbegal Juan
Redacción: Carmen Revillo Rubio
Área de Comunicación de la UPV
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